A veces es difícil detectar los primeros síntomas de envejecimiento en nuestra piel, pero es muy importante si lo hacemos ya que podremos empezar a tratarla desde el primer momento, y así evitar muchos de los efectos del envejecimiento.
El envejecimiento se caracteriza por la aparición de arrugas, pérdida de la firmeza y cambios en el contorno de la cara. Uno de los síntomas que primero se ven es la pérdida de firmeza en la piel. Esto es debido a cambios en la grasa subcutánea que provocan desplazamientos de la piel. La piel del rostro y el área del cuello pierden definición, como si estuvieran sufriendo un efecto de caída. La piel del cuello también sufre mucho junto con la del escote.
El origen de la aparición de la piel relajada es de carácter cutáneo, lo que significa que la dermis, las fibras de colágeno, el tejido elástico y la sustancia fundamental están envejeciendo. Finalmente, el deslizamiento de la grasa subcutánea es otra de las razones por las que las mejillas, la piel situada debajo de las mejillas y la que rodea la zona de las cejas, empiecen a relajarse.
Para compensar estos signos del envejecimiento es esencial cuidar la piel con el fin de poder aminorar la velocidad con que va envejeciendo. Dentro de estos cuidados entran: una buena hidratación, protección solar adecuada y uso de productos anti-edad.
Existen todo tipo de cremas anti-arrugas, anti-aparición de las primeras señales, etc. Lo mejor es acudir a un especialista para que nos digan qué tipo de piel tenemos, y en base a ello elegir la crema que está mejor indicada para nosotras.
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