Se dice que el otoño es la época ideal para marcarse rutinas, empezar dietas y, al fin y al cabo, cuidarse un poco más para poder afrontar esta imposición de horarios que no tuvimos durante las ya muy lejanas vacaciones.
Sin embargo nos encontramos aun en el medio de la tranquilidad, ya que en breve la Navidad estará aquí y con ella llegarán las comidas excesivas, los malos hábitos y la falta de ejercicio. Los regimenes, el gimnasio, los dos litros de agua al día, etc. Son los aspectos a los que dedicamos más atención cuando pensamos en cuidarnos, sin embargo muchas veces nos saltamos otros gestos que, de caer en el olvido, pueden jugarnos muy malas pasadas. Uno de ellos es la limpieza dental.
Cuidar de nuestros dientes y encías es algo fundamental para mantener una boca sana y bonita. Además que eso asegura el ahorrarse muchos problemas con el paso de los años, ya que la boca es una de las partes que más problemas puede acarrear en el futuro si no se cuida día a día.
Todo el mundo sabe que una sonrisa bonita es uno de los puntos más atractivos en cualquier persona, y aunque nos parezca que los chicos solo se fijen en los ojos, los labios o el culo, numerosos estudios demuestran que una hermosa y blanca sonrisa es un arma de seducción infalible.
Una de las partes fundamentales para una dentadura bonita es el color blanco del esmalte. Hay personas que nacen con el esmalte blanco y normalmente no tienen problema, pero otras personas nacen con el color algo amarilleado y es difícil blanquearlo solo con los cepillados. Hoy día existen diferentes métodos de blanqueamiento dental, y lo mejor es consultar a un especialista para encontrar el más conveniente para cada persona.
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