Hay dos hormonas en nuestro cuerpo que nos dan vida y equilibrio y a la vez muchos dolores de cabeza. Su acción y cantidades en nuestro cuerpo moldean el carácter y el aspecto femenino, la fertilidad y la reproducción humana. Se trata de las hormonas llamadas estrógenos y progesterona.
Es muy importante conocer el comportamiento de estas hormonas para buscar los primero síntomas de desequilibrio hormonal.
Se trata de hormonas producidas por los ovarios, y participan en un gran número de funciones diferentes a las puramente sexuales y de reproducción. Influyen sobre el metabolismo de los huesos, de los músculos y de la piel. Además influyen mucho sobre la mujer por su influencia directa en el cerebro. Además, también son las responsables de la fertilidad de la mujer.
Los estrógenos son los que distribuyen la grasa en el cuerpo de la mujer, y por lo tanto los culpables de que acumulemos grasa en las caderas y alrededor de los senos. También promueven la pigmentación de la piel, sobre todo alrededor de los pezones y en la zona genital. Además, controlan la libido, por lo que influyen en nuestro deseo sexual directamente.
Por otro lado, la progesterona afecta a la parte glandular del seno, induciendo aumento de tamaño de la glándula, especialmente, en los días previos a la menstruación. Estimula la retención de agua y sal por parte del riñón, lo que indica un ligero aumento de masa corporal.
Gracias a la acción de esta hormona sobre el cerebro y el sistema nervioso central, puede influir sobre la temperatura del cuerpo, al tiempo que estimula los centros respiratorios. Se ha demostrado también que esta hormona podría tener un efecto “depresivo” sobre la parte afectiva de la mujer, el cual puede ser también más evidente durante la segunda fase del ciclo menstrual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario